La violencia de género, reflejada en la persistencia de feminicidios, de agresiones sexuales, de incremento de la trata de mujeres y niñas; la precarización del trabajo y la brecha salarial reconocida del 23%; la falta de solidaridad en el reparto del trabajo de cuidados; la falta de dignificación del trabajo especial del Hogar; la falta de protección social, cuando las pensiones que cobran las mujeres, en muchos casos, no permiten satisfacer las necesidades más elementales; la estigmatización que todavía se constata en mujeres lesbianas i trans, i en especial, la marginación de las mujeres migrantes…
El avance hacia la igualdad y la no discriminación por razón de género exige unas políticas sin complejos, decididas y valientes. Más necesaria ahora cuando se están poniendo en cuestión por la ultraderecha política las leyes de violencia de género, que sin duda constituyen una conquista social, puesto que la violencia de género es el más claro exponente de la discriminación por razón de sexo, prohibida por el art. 14 CE.
Después del éxito del año 2018, este 8 de marzo de 2019 es una nueva ocasión de visibilizar la protesta, el rechazo y la exigencia a los poderes públicos para que atiendan las pretensiones de la mitad de la sociedad, que exige unas inversiones prioritarias y también una formación de igualdad de género en todos los sectores de la sociedad, empezando por la escuela y, en especial, los funcionarios y autoridades públicas, incluidos los miembros de la judicatura y del Ministerio Fiscal, que tienen una gran responsabilidad en la tutela judicial efectiva de las víctimas.
Fortalecer la voz de las mujeres y su liderazgo es necesario y debe revertir en la defensa de los derechos humanos más elementales a favor de toda la sociedad, y ello es tarea de tod@s.
Desde Ágora Judicial expresamos todo nuestro apoyo a las movilizaciones feministas.

Barcelona, 6 de marzo de 2019